El sadismo para mi es una demostración del comportamiento natural del ser humano. Muchas veces nos referimos a la naturaleza y a los animales como ejemplo de conducta sana y natural. Los animales luchan para demostrar quién es el ejemplar dominante. Y el resto se somete voluntariamente a él. Los seres humanos aceptamos esto como natural. Sin embargo, las personas tendemos a llenar de hipocresía nuestra actitud y llenarnos la boca de solidaridad, amor al prójimo, compasión por los débiles, apoyo a los más desvalidos y un largo etcétera de buenas intenciones si bien no dudamos en pisotear a quien nos molesta para obtener algún beneficio en cuanto tenemos la más mínima oportunidad. Puro cinismo. Hay, eso sí, una diferencia fundamental entre el comportamiento de las personas y el de los animales y aquí entra en juego aquello que nos distingue de ellos: la inteligencia. En la mayoría de especies animales este liderazgo lo ocupa el macho. Errónea decisión que conduce frecuentemente al fracaso de la manada. Nosotros, sin embargo, tenemos criterio suficiente para llegar a la conclusión de que debe ser la mujer quien desempeñe ese rol dominante que sirva para mantener la manada a salvo. Y esa mujer elegida para gobernar el grupo debe imponer su poder con toda la violencia imprescindible para destrozar los obstáculos que encuentre en su misión.
El sadismo es una característica intrínseca de la religión católica. Y la religión está profundamente enraizada en nuestra cultura de tal modo que el concepto de dolor y sufrimiento es algo muy interiorizado por nosotros. Desde niños nos han dicho que el dolor, el sufrimiento, el sacrificio, la abnegación y la entrega es el mejor medio para conseguir la salvación. Los creyentes deben entregarse a su Ser Superior y es mucho mejor si esa entrega les causa dolor, sangre y sufrimiento. Ya es cuestión nuestra decidir a qué Ser Superior queremos entregar nuestro cuerpo y nuestra mente. Yo, desde luego, lo tengo claro.
Sentado ya las bases de porque considero que el sadismo es un comportamiento natural y hasta saludable de la especie humana y que el mismo debe ser liderado por las mujeres, daré mi opinión sobre cómo debe practicarse este comportamiento. La mujer sádica debe dejar patente con absoluta nitidez su superioridad y, para ello, debe emplear todas sus armas y destruir cualquier resistencia que pueda encontrar en sus sumisos. Debe destruirla con contundencia, utilizando la violencia necesaria y eliminando de los vencidos cualquier intención de resistencia posterior. Debe disfrutar de su victoria porque es un mensaje a la manada de que Ella está dispuesta a ocupar la difícil responsabilidad de ser la líder y que la seguridad e integridad del resto depende de Ella. Por eso, debe tener el poder de decidir sobre la vida de cada individuo porque la seguridad del grupo depende de ello.
El sadismo puede ejercerse de forma tanto intelectual como física. Ambas modalidades son igual de dolorosas y destructivas. En el sadismo intelectual la Dominante utiliza su inteligencia, sus conocimientos, sus palabras y sus estrategias para derrotar a su oponente, haciéndole ver que su resistencia no puede más que llevarle a su destrucción de su vida y de su persona. La angustia y frustración generada por este sadismo intelectual puede generar mucho más dolor y sufrimiento que el castigo físico. Se trata de hacer ver al oponente que la persona dominante tiene las armas suficientes para provocar su ruina personal y/o material en caso de resistencia. El sadismo intelectual suele ser más sutil pero más cruel que el físico porque se ejerce con mayor frialdad, con mayor lentitud y se saborea con mayor deleite mientras se comprueba el proceso, lento en ocasiones, de destrucción y posterior sumisión del objetivo. El sadismo físico busca aterrorizar al sumiso infringiéndole el mayor dolor posible. Se ejecuta habitualmente en situaciones de superioridad de la persona Dominante donde el vencido ya está indefenso y, a pesar de eso, se busca incrementar su dolor hasta el infinito. La finalidad no es únicamente el castigo, en ocasiones el castigo por el mero disfrute de que lo aplica, sino también incrustar en la mente del sumiso el mensaje de lo que puede volver a ocurrirle si alguna vez se atreve a desafiar a su Domina. Se trata de eliminar cualquier intención de resistencia futura y garantizarse permanentemente su obediencia y sumisión.
Arrodillate. Te voy a explicar lo que eres para mi.
0 commentarios