Penetración anal. Cada vez que oía esas palabras se ponía tensa. Su ano se contraía se cerraba al máximo. No podía con la idea de que un objeto, un dedo y menos una polla, se introdujeran en su estrecho agujerito. La cuestión es que su Ama Bentley deseaba que su zorrita travestida tuviera el ano como el canal de la mancha.
La verdad es que esmegma era una buena putita esclava. Obedecía en todo a su Dueña, vestía cómo Ella le mandaba, se comportaba y movía cómo le ordenaba, la trataba como una Diosa, satisfacía sus caprichos y había logrado hacer de ella cualquier cosa que necesitara. Chacha, sirvienta, secretaria, chófer… Era realmente una puta entregada.
También había logrado ofrecerla y humillarla en público delante de más gente. Era una buena lamedora. Lamía y chupaba de todo: pies, pollas, coños, culos, sobacos, piernas, zapatos, dedos, todo aquello que su Ama le mandaba que lamiera lo hacía sin rechistar.
Pero no había logrado que su culito se abriera a una buena polla de un buen macho cachondo.
Y eso a Ama Bentley la cabreaba muchísimo. No podía hacerse a la idea de que su zorra no pudiera ser follada por el culo. Lo había intentado primero Ella con objetos pequeños, pequeñas hortalizas y nada. Ese agujero no se abría. La mente de esmegma se bloqueaba. Su Dueña en esos momentos la castigaba sin piedad con buenas bofetadas, latigazos y pinzas en sus testículos y pollita. Pero nada, era imposible. Incluso, la había tenido encerrada varios días en una jaula sólo con agua y pan para ver si recapacitaba y podía superar esa resistencia. Nada.
También le había traído machos con pollas de todos los tamaños y formas para ver si se motivaba. Pero imposible. Ni con litros de vaselina lograba abrir ese agujero. Lo curioso es que hacía unas mamadas de escándalo. Se ponía como loca cada vez que tenía que comerse una buena polla. En realidad era una puta auténtica y por eso Ama Bentley se empeñaba en que esmegma no dejara ninguno de sus agujeritos de perra desaprovechados.
Por las buenas estaba claro que no funcionaba. Así que no quedaba más opción que ir por las malas. Así lo había querido esmegma. Terapia de choque.
Ama Bentley lo había pensado y planificado todo con lujo de detalles desde hace unas semanas. No quería que nada fallara. Esperaba que el impacto psicológico en su perrita fuera radical.
El día anterior le había mandado un solo mensaje:
‘Quiero que te pongas mas putita que nunca y que estés mañana a las 11pm en esta dirección: Ctra. N113, km. 56. Casa Lastres. No me falles’.
Ama Bentley sabía que no fallaría. Siempre cumplía en todo. Y así fue. Llegó puntual vestida como una auténtica zorra, con minifalda de cuero, medias de rejilla, liguero, top y blusa transparentes, zapatos de tacón altísimos y sin nada debajo, cómo a su Ama le gustaba, dejando su cosita minúscula y su culito al aire para ser usados cuando quisiera su Dueña. Ella se quedó observándola durante 15 min. desde el coche y vio como en un primer momento su zorra mirando alrededor, buscándola. Después, cuando se dio cuenta de que no la iba a encontrar se puso de rodillas. Qué bien entrenada estaba.
Así la dejó durante ese tiempo, y cuando lo consideró suficiente, apareció y le hizo besar su mano.
– Muy bien zorrita, has venido preparada como a mí me gusta. Hoy vas a ser más puta que nunca.
Le puso la cadena al collar que llevaba y la hizo seguirla de rodillas hasta la casa que estaba enfrente. Era un edificio abandonado, descuidado, pero del que se intuía que en el pasado había tenido solera. Antes de entrar le puso una venda para taparle bien los ojos y le dio diez bofetadas bien fuertes.
– Eres mi perra, no lo olvides jamás.
– Sí mi Ama- logró balbucear a duras penas esmegma.
Cuando entraron estaban esperándoles desnudos diez hombres y siete mujeres. Ellos ya tenían sus buenas pollas erectas y ellas vestían strap-on de considerables tamaños. Cada uno y cada una habían sido convocados especialmente y habían recibido instrucciones detalladas de cómo debían tratar a la zorra. Y eso fue lo que hicieron.
Ama Bentley se quedó sentada en un sillón para observar todo bien. Y a partir de ahí comenzó la función.
Todos fueron en grupo hacia esmegma y empezaron a darle bofetadas, escupirla, desgarrarle la ropa, darle patadas e insultarla: ‘perra, zorra de mierda, eres una puta cerda que no merece más que ser violada’. Y así fue. Empezó el hombre negro que tenía la polla más grande de todas, como había indicado Ama Bentley, y le puso a la perra contra la pared de rodillas, mientras esmegma forcejeaba, se resistía, gritaba y gemía. El resto la sujetaban para que no opusiera mucha resistencia. Él sólo escupió un poco en el ano depiladito de la zorra y agarró sus huevos y polla con fuerza. El grito de esmegma se oyó con desesperación, pero no fue nada comparado con el que salió de su garganta cuando esa enorme polla entró en su culo. Fue desgarrador. esmegma no pudo evitar suplicar a su Ama que le hiciera parar, pero sus suplicas no fueron escuchadas. Las sacudidas y embestidas del negro fueron bestiales y sin contemplaciones hasta que se corrió dentro de ese culito que ya había dejado de ser, afortunadamente para Ama Bentley, virgen. To be continued…
Esmegma-Bitch [AB]
Si quieres ser mi sumiso…
Y te ofreces para cumplir mis caprichos contigo…
Dirigete a mi, con mucho respeto, de una de las siguientes maneras:
Mail: Jessy_bentley@yahoo.com
Twitter: https://twitter.com/Jessy_Bentley
803 477 028
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