Estaba terriblemente nerviosa. Le temblaban las piernas y no podía controlar el tic que se le había puesto en el ojo derecho. Siempre le pasaba esto cuando se encontraba tensa. Normalmente era una persona calmada y serena, se podría decir que hasta equilibrada, pero cuando respondía a la llamada de su Ama Bentley y tenía que cumplir sus órdenes, la mezcla de excitación y exigencia, hacía que todo su ser, mente, cuerpo y alma, se pusieran a mil por hora.

Su Ama llevaba meses entrenándola para ser una buena putita travestida, entregada, disponible, abierta a todo, sin reservas. Quería eliminar todo rastro de duda, de resistencia a cualquiera de sus caprichos y mandatos. Había conseguido que se vistiera cómo una auténtica zorra, provocativa, sexy y que se moviera y hablara como tal. No había sido fácil, ya que esmegma, la perrita, seguía arrastrando muchos de los lastres de su antiguo pasado como macho. Ella, su Dueña, había tenido que poner mucha energía y horas para lograr esta milagrosa transformación. Ahora esmegma era una auténtica bitch, una putona en toda regla.

Una de los aspectos en los que más énfasis había puesto su Ama era en la habilidad que tenía que adquirir con su boca y su lengua. No quería una zorrita floja, que no supiera hacer unas buenas mamadas con las que todo buen macho se correría sin poder evitarlo. Deseaba que su perra la dejara en buen lugar y consiguiera satisfacer al máximo a todo ser humano con polla que pasara por los servicios de su esclava.

Y aquí la tarea fue especialmente complicada, ya que esmegma se sentía muy reacia a comer pollas y le daban arcadas cada vez que intentaba hacerlo. Ama Bentley fue consciente desde el principio que tenía una larga y ardua tarea por delante, pero también sabía que no iba a parar hasta convertirla en la puta comepollas más tragona y disfrutona del mundo.

Comenzó por lo más básico, con la técnica pura y dura. Más tarde ya conseguiría que disfrutara, aunque también le gustaba que sufriera con ello. Lo primero que le ordenó fue que practicara delante de Ella con frutas y hortalizas. Primero una zanahoria, luego un plátano,  un pepino y hasta un calabacín. En cada gesto, en cada movimiento, Ama Bentley le corregía a su putita.

–       A ver zorra, tienes que apretar bien con los labios. Vamos mueve la lengua, lámela, qué te guste.

–       Eso es, así, pero más rápido, no quiero que el macho se duerma mientras se la comes.

–       Esos dientes, cuida esos dientes, que si no le vas a hacer daño ¡Mira perra! ¡has dejado marcas en el calabacín! ¿te imaginas si fuera una polla real?

Y así iba corrigiendo paso a paso cada detalle, cada gesto, para lograr que su puta hiciera unas mamadas perfectas.

Lo que le costó especialmente mucho fue el tema de la garganta profunda y las arcadas. No lograba que su perra se metiera las frutas y hortalizas hasta su garganta sin que acabara con fuertes arcadas. Incluso un día hasta vomitó. Quería evitar a toda costa ese espectáculo.

–       Mira zorrita, te voy a enseñar un truco. Para no tener arcadas, lo que tienes que hacer es, cuando tengas la polla metida hasta el fondo, aguantar la respiración.

Esta técnica fue clave para que poco a poco esmegma fuera evolucionando y consiguiendo unas buenas felaciones. Además de los azotes que le proporcionaba su Dueña cada vez que cometía un error, o incluso para animarla.

Pero tenía que pasar a real. Ya bastaba de hacerlo con sucedáneos. Necesitaba una buena polla en su boca para demostrar todo lo que había aprendido.

Su Ama quería supervisar cada detalle y para ello logro contactar con un hombre interesado en hacer de conejillo de indias. Quedaron en un hotel, para que su putita estuviera más tranquila, y allí esmegma desplegó todas sus habilidades adquiridas Él quería primero ponerse a tono y para ello esmegma bailó sexy delante suya, jugó con su cosita y se metió un plug en el culito. El tío iba poniéndose por momentos cada vez más cachondo y pidió que le lamiera los pies y su ano. Ama Bentley lo vigilaba de cerca y obligó a su zorrita a que obedeciera sin rechistar. Una vez que ya estaba bien excitado agarró con suavidad su polla y comenzó a lamerla. A partir de ahí, desplegó todas las artes adquiridas, una tras otra, incluida la garganta profunda, hasta que logró que él se corriera en su cara y aullara de gusto.

–       Así, muy bien perrita, vamos esparce esa leche por tu cara de cerda.

Su Ama, no podía parar de reír y de abofetear a su perra.

Ese fue el primer macho de muchos, muchos otros que pudieron disfrutar de las habilidades felatorias de esmegma-bitch (ya se había ganado el nombre), con las cuales la propia putita ya comenzada a gozar.

Por su boca pasaron pollas de todos los colores, sabores, tamaños, texturas. Hombres grandes, pequeños, gordos, flacos, peludos, depilados, jóvenes, viejos, negros, blancos, amarillos, tostados. Con todos ellos, la fama de la puta mamadora de Ama Bentley logró alcanzar un nivel inesperado cuando comenzaron juntas hace un tiempo.

Habían sido ya innumerables los hombres que habían pasado por su boca. De alguno de ellos recordaba algo, su tamaño, sus orgasmos, sus corridas. Pero lo que le esperaba hoy era totalmente novedoso, desconocido. Estaba nerviosa. Continuara…

Esmegma-Bitch [AB]

 

 

1d

 

Si quieres ser mi esclavo sexual…

Y te ofreces para cumplir mis caprichos contigo…

Dirigete a mi, con mucho respeto, de una de las siguientes maneras:

Mail: Jessy_bentley@yahoo.com

Twitter: https://twitter.com/Jessy_Bentley

803 477 028

 

ab2


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